Maturano, pionero en "cooperativas de trabajo"

La burocracia sindical de La Fraternidad no es ajena a la creación de "cooperativas" que vehiculizan la tercerización de trabajadores. Desde antes de 1994, La Fraternidad constituyó, entre otras, la Cooperativa de Trabajo Ferrocom, con "casa central" en la Ciudad de Buenos Aires y, por lo menos, una "sucursal" en Santiago del Estero. Bajo su fachada, los dirigentes "fraternales" Dante Miguel Omar González y Martín Galeano, tesorero del sindicato, y los vocales José Antonio Barrios y Roberto Juan Graff, explotaban y estafaban obreros. Hay que recordar que Omar Maturano era, en ese momento, presidente de esa Comisión Directiva.
Omar Maturano, secretario general de La Fraternidad
En 1996, la DGI investigó una millonaria estafa realizada a través de esa cooperativa. Los sindicalistas fueron procesados y embargados cada uno por 1.500.000 pesos, al encontrarlos responsables de administración fraudulenta y evasión a la Ley Penal Tributaria en una estafa de ocho millones de dólares.
El juez Liporaci demostró que estos dirigentes sindicales utilizaron y desviaron fondos para uso propio, lo que incluyó desde el enriquecimiento personal hasta la financiación de campañas políticas: por ejemplo, la de Dante González (vicepresidente de La Fraternidad) a una banca de diputado nacional por el PJ santiagueño.
La estafa fue de las peores y en perjuicio de los trabajadores tercerizados de Ferrocom, a quienes los burócratas no les depositaban en su cuenta de jubilación los descuentos que les realizaban mes a mes.
En 2004, la obra social de Comercio (Osecac) le reclamó la quiebra a Ferrocom, por una deuda que los capangas sindicales le retenían a sus empleados y luego no depositaban.
Un año después, la justicia laboral deschava a Ferrocom por otro fraude laboral, contra maquinistas tercerizados por Ferrocom, pero "cedidos" al ferrocarril Belgrano. Cuando asesinaron a Mariano, Maturano emitió un duro comunicado contra quienes "explotaban compañeros mediante cooperativas". En esa oportunidad señaló: son unos hijos de puta. El sayo le cabe, también, al propio Maturano.
L. M.

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