El acto de familiares de Once en Plaza de Mayo


Un paso adelante para poner la lucha por justicia en el terreno de la movilización popular
El acto de los familiares de las víctimas de Once en Plaza de Mayo, el pasado 22 de febrero, al cumplirse un año de la masacre, fue una masiva manifestación política en reclamo de justicia.
El documento consensuado por los familiares hizo una caracterización precisa: “Lo que pasó el 22 de febrero no fue un accidente ni la maniobra de un conductor imprudente, fue una tragedia previsible, producto de la situación desastrosa en la que funcionaba el servicio, producto de la ambición desmedida y del descontrol cómplice de los funcionarios, empresarios y sus socios sindicalistas”.
También aportó un balance lapidario de la política ferroviaria del gobierno de los Kirchner y de los sueños revolucionarios de Randazzo. Pasó revista a las promesas incumplidas para el Sarmiento tras la masacre, desde la llegada de formaciones chinas, ahora postergada hasta 2014, hasta el polémico soterramiento nunca iniciado. La proliferación de obras menores y, en muchos casos, superfluas frente a la magnitud de la inseguridad del servicio (pintura, carteles electrónicos), son directa consecuencia de la masacre.
En relación al proceso judicial abierto, ” también les decimos que estaremos esperando cada día que dicten una sentencia contundente e inflexible con el poder. Pelearemos para que absolutamente todos los responsables empresariales, políticos y sindicales sean condenados con la máxima dureza” y emitieron una sentencia anticipada para todo el gabinete nacional: “Todos los integrantes del gobierno tienen alguna responsabilidad sobre lo sucedido. Por acción o por omisión”, expresaron.
Tampoco eludieron hacer referencia al discurso de CFK del día previo a la jornada del 22. “La Presidenta se acordó de nosotros con un mensaje más hiriente que el propio silencio, con un abrazo solidario tardío. Nuestro dolor no es sólo un momento malo de la vida, como expresó en su discurso, sino producto de la inacción de su propio gobierno, la masacre de inocentes no sólo es un momento triste, es producto de la corrupción amparada por Jaime, Schiavi, Sícaro, Luna, Ochoa Romero y otros funcionarios de esta gestión. Y la lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo debe ser un ejemplo, pero no queremos ni debemos pasar 35 años para obtener justicia. Este no fue más que la continuación de un discurso que empezó en febrero de 2012, cuando se culpabilizó a las víctimas y se pidió tiempos ridículos para las pericias.”
El gobierno Kirchner sostiene el esquema privatizador y su alianza con los capitalistas del transporte a ultranza. Incluso encargándole la nueva pintura de las formaciones del Sarmiento al propio Cirigliano. Por eso, en un párrafo, el documento de los familiares exige la estatización de Emfer, propiedad de los Cirigliano, para salvaguardar los puestos de trabajo, y que el gobierno deje de negociar con los responsables de la masacre: “¿Cuando van a dejar de ser socios de los Cirigliano, que, en este caso, es lo mismo que decir cómplices?”
En otro párrafo piden el esclarecimiento del asesinato del conductor Leonardo Andrada, quien era un importante testigo en la causa, y se identifican con las víctimas de la corrupción así como de la violencia policial, institucional, de género, de tránsito y a casos como el de nuestro compañero Mariano Ferreyra, “víctima de la misma trilogía siniestra de empresarios, sindicalistas y funcionarios que nosotros”.
Nuestra columna, que ingresó a la Plaza de Mayo encabezada por pancartas con la consigna “Mariano Ferreyra. Masacre de Once. Los mismos responsables”, tuvo un emotivo recibimiento. Veníamos de movilizarnos esa misma jornada para la audiencia de alegato de nuestras abogadas en el juicio de Mariano, quienes pidieron al tribunal proseguir con las responsabilidades de Schiavi, Luna y Aníbal Fernández en el crimen. Las condenas de Pedraza y el resto de los imputados será en triunfo fundamental para acabar con la mafia enquistada en el negocio ferroviario.
Invitamos a los familiares de las victimas de Once a acompañarnos a la audiencia en la que se dictará sentencia. Será una gran jornada como la del acto del 22 en la Plaza de Mayo, que representó un paso adelante en poner al reclamo de justicia para las víctimas de la masacre de Once en el terreno de la movilización popular.
Jorge Hospital

1 comentario:

goodman dijo...

Mariano, presente.

Una bala lo alcanzó
y se detuvo su vida
que breve y nunca vencida
la encaró con gran pasión
y fue una gran desazón;
muy grande la pena mía.

Pues su nombre era Mariano
y su apellido Ferreyra,
desafiando a las quimeras
por las que pasa el obrero
supo ser un hombre entero
con veintitrés primaveras.

Sufrir tercerización y aguantarse los despidos
parece ser el destino
de muchos, sin excepción
pero enfrentar al patrón
hoy puede ser el camino.

Por la reincorporación,
pase a planta permanente,
lo que quiere tanta gente
no merece oposición:
la dirigencia mostró
ser negrera y delincuente.

Tu nombre al mundo elevó
y tu lucha continúa
pues sigue la dictadura
del capital gobernando.
Los obreros van mostrando
por las calles tu figura.

El rostro de un luchador
y de un joven ejemplar.
No debemos olvidar
el castigo a los culpables
asesinos deleznables
de una lacra sindical.
D.S