El paro de la Fraternidad


Se desintegra la mafia K de los ferrocarriles
El paro de La Fraternidad del miércoles 3 fue convocado por diferencias de pago del aguinaldo en diferentes empresas ferroviarias. Para los conductores que pararon y para la opinión pública, sin embargo, tuvo como trasfondo el proyecto de Randazzo de instalar cámaras dentro de las cabinas para registrar la actividad de los conductores. Es que el gobierno no ha cesado de descargar la responsabilidad de las recientes masacres de Once y Castelar en los trabajadores ferroviarios, absolviendo a los concesionarios que, con la complicidad del Estado y los sindicatos, han vaciado las arcas públicas con los subsidios mientras desguazaban trenes y operaban el sistema ferroviario sin inversión ni mantenimiento, hasta llegar al colapso actual.
Entre los trabajadores, crece la indignación. Los concesionarios han promovido la violación sistemática de los reglamentos ferroviarios, a fuerza inclusive de sanciones al personal, con el fin de que los trenes corran sin cumplir condiciones mínimas de confiabilidad del servicio, para evitar las inversiones y el mantenimiento mínimo requeridos. Como parte de esta política, fui sancionado con 20 días de suspensión por parte de Ugofe (Roggio-Romero) que opera la Línea Roca, por denunciar esta situación en el programa de Nelson Castro "El Juego Limpio".
Pero, tras el paro, el propio Maturano, en conferencia de prensa, aceptó que Randazzo instale las cámaras en las cabinas, aunque amenazó con más medidas a pesar de que el aguinaldo se cobró en fecha. Por lo tanto, quedó al desnudo que la disputa gira en torno de otra cuestión, y es quién dirigirá la reorganización del negocio ferroviario. Por eso, de inmediato Randazzo procedió a despedir a los funcionarios de La Fraternidad de todas las empresas ferroviaria estatales. 
El paro se inscribe en esta lucha de camarillas al interior entramado mafioso de funcionarios, empresarios y sindicalistas montado desde la Secretaría de Transporte bajo la órbita del Ministerio de Planificación de De Vido. Primero, la reacción popular al crimen de Mariano Ferreyra y nuestra lucha por juicio y castigo, sumados a la masacre de Once y el procesamiento de los funcionarios claves de esa etapa. Después, con el telón de fondo del ajuste y los tarifazos, la condena a José Pedraza, y su patota y ahora Castelar, fueron golpes demoledores sobre esta trilogía siniestra.
El responsable de las consecuencias que el paro tuvo para cientos de miles de usuarios es el
gobierno. Después de haber desoído las permanentes denuncias de los trabajadores sobre el vaciamiento ferroviario, pretende ahora hacerlos responsables de las consecuencias desastrosas que ha traído su maridaje con los Roggio, Romero, Cirigliano y Taselli. Todos ellos siguen explotando el negocio ferroviario, tanto desde la operación de los servicios como
contratistas en la reparación de coches e infraestructura con el Estado, con personal tercerizado y precario.
Por todo esto, reclamamos que el Estado y las patronales cesen la persecución laboral y gremial contra los trabajadores, cárcel para los responsables empresariales y políticos de las masacres de Once y Castelar, perpetua para Pedraza, expulsión de los concesionarios, pase a planta permanente de todo el personal tercerizado, la nacionalización de los talleres ferroviarios de Taselli, Cirigliano, Roggio y Romero y la gestión integral de los ferrocarriles de pasajeros y carga bajo control de los trabajadores y usuarios.
Jorge Hospital
Apoderado del Frente de Unidad Ferroviaria

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